El Cocido Maragato

El interior del cocido maragato


La elaboración de un buen cocido maragato requiere buena materia prima y el mimo de quien cuide todos los pasos de una elaboración sencilla pero rigurosa con los secretos de la intensidad del fuego, de los tiempos de cocción, de las grasas justas para hacer el garbanzo y de ningunas para la degustación. Las carnes (cerca de la decena) para este pote en plena vigencia combinan las frescas con las curadas; y, las de cerdo (mayoría), con la presencia de algunas piezas de vacuno y otras de ave. En tan buena compañía cuece el pequeño garbanzo, criado en algunas de las zonas de los secanos leoneses, hasta lograr el punto más idóneo para su degustación. Aquel que se deshace suavemente en boca y nos deja los sabores mezclados de las carnes. A los garbanzos se llega en la mesa tras dar fe de los entrantes de lacón, pata, chorizo, morcillo, papada, oreja, gallina, costilla, el relleno … Todo acompañado de una ensalada de tomate regada con aceite de oliva. Así se llega a los garbanzos que traen la buena compañía de las berzas rehogadas. Las natillas con mazapán ponen el punto final a uno de los potes mas antiguos y completos de la gastronomía tradicional española.